El beato Fidel Fuidio, marianista

Presentación: Carlos Eraña, Jesús Hita y Fidel Fuidio fueron los primeros religiosos marianistas en ser beatificados como mártires, testigos de la fe y del amor, en medio de una sociedad dividida y en guerra. Sus restos descansan en la cripta sagrada del colegio marianista de Ciudad Real (España). Fidel siempre vivió como misionero de la Virgen María para la educación y la evangelización de la juventud. Gracias a esta vocación, jamás dejó de ser un maravilloso niño grande, un magnífico deportista, un amante de España y de su rico patrimonio histórico-cultural, un apasionado por la prehistoria y la arqueología, un cantor de la Virgen en los actos religiosos del colegio, un soñador, un emprendedor empedernido que practicaba la fotografía, la pintura, la literatura. Le gustaba viajar, hacer excursiones. Fue un pedagogo ingenioso y divertido, y un promotor de asociaciones juveniles culturales y sociales. En definitiva, un hombre optimista y simpático (“La simpatía en la educación” tituló Antonio Martinez la primera biografía de Fuidio). Un religioso vocacionado y un español moderno. Con su actividad y su talante jovial encarnó el empuje creador de los marianistas españoles de principios de siglo. Creía que la construcción de una España más culta y más moderna estaba en las manos de su juventud. Que los católicos estaban llamados a ser cogestores de la nueva sociedad española aportando su competencia profesional y los valores religiosos, culturales y sociales de la fe. Compaginando su amor a su tierra y a sus gentes, a su fe y a su vocación religiosa, a su misión marianista y a su tarea educativa, al pasado de España y a su juventud, fue entregando día a día su vida. Y al final la entregó del todo.