El homo «zapping» y el Principito

Presentación: Antonio González Paz, educador y escritor de pedagogía y espiritualidad, nos ofrece este articulo sobre cómo educar en nuestra "cultura de la pantalla", el fragmento y la velocidad. "El Homo sapiens zapping podría considerarse como una subespecie que se caracteriza por la avidez de sensaciones, imágenes, experiencias nuevas, conseguidas sin ningún esfuerzo personal. Del mismo modo y con la misma comodidad que apretando un botón se cambia de canal los jóvenes de hoy pueden pasar de una sesión de catequesis a un botellón sin interiorizar ninguna de las dos actividades. (...) El Principito, que era introspectivo, que le gustaba vivir desde dentro, acabó diciendo de los tres: son muy, pero muy extraños. Después de una conversación con cada uno de ellos abandonó rápidamente sus planetas. El había emprendido un largo viaje interior buscando establecer unas relaciones profundas y ninguno de ellos tenía nada que aportarle. Se fue muy triste huyendo de tanto vacío existencial. Más tarde, comentando la experiencia comentará de uno de ellos: Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nuca ha querido a nadie. No ha hecho en la vida más que calcular. En realidad no es un hombre sino una seta. De muchos postmodernos se podrían decir cosas parecidas. Aunque hayan olisqueado miles de flores, mirado centenares de estrellas, establecido muchas relaciones, pocas de esas experiencias le han tocado el centro de la vida. Ante la proliferación del Homo zapping podemos sentirnos tan desconcertados como el P: Chaminade al volver del exilio a su país y encontrarse con el nuevo tipo de hombre nacido al abrigo de la Revolución Francesa: "¡Estamos en un mundo tan nuevo! Estoy en Francia como en tierra extraña. Casi no sé que decir o que hacer. Me encuentro a la espera de que los acontecimientos se me presenten, más que adelantarme a los acontecimientos. No tengo más política que acudir a la Santísima Virgen".